La I. Municipalidad de viña del Mar, en manifiesto a su preocupación por la temática gestión de riesgos naturales, gesta junto a sus históricos socios Italianos de Coopera y a su vez con el Municipio de Pontedera y los socios locales de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Viña del Mar, formulan y presentan a la Delegación de la Unión Europea en Chile, en específico al programa de Cooperación Actores No estatales y Autoridades locales de la Unión europea, el proyecto: “Viña del Mar Segura: Desarrollo del Territorio con enfoque de riesgo”, el cual fue aprobado y financiado por la Unión Europea.
Socios
Socios ligados a la acción del proyecto implementado por la I.Municipalidad de Viña del Mar. Chile
• Nombre: Associazione Co.opera
EuropeAid ID: IT-2009-BQV-1805132960
Nacionalidad: Italiana
Estatuto jurídico: Asociación sin ánimos de lucro.
Fecha de creación: 25.07.2000
• Nombre: Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Viña del Mar
EuropeAid ID: CL-2012-EAZ-0308156069
Nacionalidad: Chilena
Estatuto jurídico: Asociación sin ánimos de lucro
Fecha de creación: 12.08.1997
• Nombre: Comune di Pontedera- Protezione Civile (Protección Civil del Municipio de Pontedera)
EuropeAid ID: IT-2008-ERB-2201687752
Nacionalidad: Italiana
Estatuto jurídico: Organismo Gubernamental
Fecha de creación: 30.01.1932
ENTIDADES COLABORADORAS:
Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública. (ONEMI)
Universidad Andrés Belllo de Viña del Mar.
RED DE APOYO:
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Enfoque
El enfoque que atiende este proyecto, es forjar y fortalecer la gestión de los riesgos naturales presentes en la comuna de Viña del Mar, esto significar significa realizar (i) medidas de prevención (disminución del riesgo a largo plazo), eliminando sus causas, o limitando la intensidad de los fenómenos, la exposición o el grado de vulnerabilidad. (ii) medidas de preparación, cuyo objeto es asegurar una respuesta apropiada en caso de necesidad, incluyendo alertas tempranas oportunas y eficaces, así como evacuación temporal de gente y bienes de zonas amenazadas. (iii) medidas de respuesta cuando está sucediendo o ha sucedido un desastre (manejo o gestión de desastres, recuperación, reconstrucción).
En este sentido, para poder realizar lo anteriormente descrito, la gestión del riesgo requiere una estrecha interrelación y coordinación entre todos los actores involucrados: las comunidades (reconociendo sus especificidades y experiencias de gestión de riesgos y en respuesta a desastres, así como sus modalidades constructivas), las instituciones públicas locales y nacionales, la protección civil, la academia, y la sociedad civil.
Primer Resultado
Por ello, el primer resultado plantea el Fortalecimiento de la participación, la coordinación y la eficiencia de la red interinstitucional a cargo de la prevención, reducción y alerta temprana de los riesgos de desastres naturales.
Con el Proyecto se crean la condiciones para la construcción e implementación de una nueva Red de Coordinación ante Desastres, liderada por el Municipio de Viña del Mar. Se trata de una Red operativa y descentralizada, que incluye las instituciones públicas locales y nacionales, la protección civil, la academia, y la sociedad civil. Su construcción surge de la voluntad del Municipio de Viña del Mar y demás actores involucrados, de redefinir el modelo de coordinación interinstitucional existentes en lo referido a la reducción de la vulnerabilidad del municipio frente a los desastres naturales (particularmente terremotos, tsunamis e inundaciones), activando un sistema de coordinación claro y fluido entre todos los actores, inspirándose a modelos internacionales de coordinación multinivel interinstitucional de prevención y gestión de los riesgos.
Con el Proyecto se apunta a un modelo eficiente de coordinación y participación de la Red de Coordinación ante Desastres, respetando las competencias legalmente asignadas a cada integrante, y se dota la red de nuevas herramientas operativas y de toma de decisiones. Durante el proyecto, la Red podría experimentar su coordinación interna colaborando a la construcción de las herramientas comunes.
Para que la acción de esta nueva red sea eficaz, se necesita la puesta en marcha e institucionalización de sus mecanismos de coordinación interna y de sus órganos operativos, lo que es el objeto de toda la primera parte del proyecto.
Asimismo, para garantizar una gestión ajustada a las exigencias y experiencia reales de los habitantes del territorio, es fundamental incluir en la red y sus procesos de toma de decisiones los representantes de la comunidad. Por eso, la Unión Comunal de Juntas de Vecinos pasa a ser un actor clave de la prevención de desastres a nivel de comunidades.
La nueva Red de Coordinación ante Desastres, redefine los roles de cada uno, y se dota de nuevas herramientas operativas y decisionales para el análisis y gestión del riesgo, basadas en el SIG. Por eso, los actores involucrados en la gestión del riesgo deben capacitarse, tanto los operadores profesionales como la sociedad civil que trabaja a diario con las comunidades mayormente expuestas al riesgo natural.
Segundo Resultado
El segundo resultado es: Dotados los decisores de herramientas innovadoras de manejo de la información sobre desastres naturales y mejorada la calidad de la información.
El uso del SIG en apoyo al proceso de planificación territorial, incluyendo la gestión del riesgo natural, permite garantizar una mayor rapidez en el desarrollo de procesos de toma de decisiones y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de examinar de forma fácil una gran cantidad de aspectos de relevancia territorial. Las herramientas SIG permiten recolectar y organizar grandes cantidades de datos procedente de distintas fuentes centralizando e integrando información normalmente dispersa en diferentes formatos y en diferentes organizaciones; sintetizar las informaciones volviéndolas más útiles; producir nuevos datos mediante el cruce de las capas temáticas; introducir datos provenientes de talleres participativos; seleccionar las informaciones conforme los objetivos de la planificación, presentar los resultados en forma de gráfica o de tablas haciendo referencia a múltiples escenarios; averiguar la congruidad de los planes con las características del territorio; y actualizar periódicamente o continuamente el banco de datos.
Sin embargo, generar información espacial es muy costoso, por lo que es necesario optimizar al máximo esta inversión, evitando que se dupliquen esfuerzos y maximizando la utilización de la información espacial generada. Todo sistema de información, especialmente el SIG, necesita aunar esfuerzos en torno a objetivos comunes, cuyos resultados muchas veces sólo son visibles a medio y largo plazo.
En el caso de la prevención de desastres, el GIS permite la gestión informatizada de todas las actividades relacionadas con la Protección Civil. Este sistema puede utilizarse de tres maneras diferentes: en primer lugar, en la prevención de calamidades (planificación de la intervención, la actualización de los recursos disponibles, la simulación de eventos, estudios de situaciones previas, etc.), en segundo lugar, durante la gestión de emergencias (apoyo a la decisión, input de los diversos aspectos con respecto a la evolución de una calamidad, el cálculo de los recursos empleados), en tercer lugar, en la gestión interna (personal, recursos materiales internos, la gestión de los voluntarios). Asimismo, el SIG puede mejorar la coordinación entre agencias e instituciones.
Por ello el segundo resultado se enfoca sobre la identificación e implantación de un modelo compartido de procedimientos estándares para la gestión conjunta de las informaciones territoriales, sociales, económicas y de recursos para la gestión del riesgo, a través de la herramienta tecnológica del Sistema Informativo Geográfico participativo y multinivel. A partir del análisis de los procedimientos de creación, uso, gestión e intercambio existentes entre todos los actores de la Red, se logrará definir protocolos de intercambio y uso de datos.
Para lograr una gestión compartida de los datos útiles para la gestión del riesgo, a través de herramientas técnicas SIG eficaces y ágiles en su uso, es necesario construir un sistema técnicamente valido, es decir diseñado en base a parámetros técnicos y de calidad adecuados a los objetivos que se pretenden lograr, y compatible con las instituciones que lo van a utilizar, es decir ser conforme y comparable con los procesos y protocolos de creación, uso y manejo de datos establecidos. Ello implica que el aspecto político influencia constantemente la gestión técnica de los datos, en particular cuando se trata de definir e impulsar un sistema de gestión compartido entre instituciones publicas de diferentes niveles: la planificación, coordinación y cooperación entre administraciones son a menudo acciones organizativas difíciles de llevar a cabo, donde el mayor obstáculo está relacionado con las dificultades en la definición de las modalidades de intercambio, nivel de acceso, modificación y circulación de la información espacial, muy a menudo considerada “sensible”, o exclusiva, y por ello difícilmente compartida con otras instituciones.
Asimismo, se incluirán en el SIG datos procedentes de las comunidades locales, para levantar información histórica sobre desastres ocurridos en la zona, rescatar los conocimientos de la población sobre los riesgos y como enfrentar los desastres, y orientar a los políticos y técnicos en la definición de políticas de gestión del riesgo. Asimismo, a través del trabajo con las comunidades, se podrán incluir en el SIG datos sobre los imaginarios de riesgo de la población, revalorizándolos, y articulando las estrategias de gestión de riesgos a esos imaginarios, para poder diseñar aplicaciones apropiadas a las necesidades de la población vulnerable. Al mismo tiempo, la realización de un proceso participativo de análisis de los riesgos, facilitará la integración de la comunidad en la definición y ejecución de las recomendaciones y normativas.
Tercer Resultado
El tercer resultado plantea la Reducción de la vulnerabilidad del territorio municipal a través de adecuados instrumentos de planificación de la gestión urbana y territorial ante el riesgo de desastre.
La vulnerabilidad de un territorio es su propensión a sufrir daños por acción de un peligro o amenaza y su capacidad (o incapacidad) de hacer frente a las consecuencias de los eventos catastróficos. Ella depende del grado de exposición (numero de elementos expuestos en el área, por ejemplo la densidad demográfica), la susceptibilidad o fragilidad (propensión de los elementos del territorio de sufrir daños o de proteger los blancos de las consecuencias), la capacidad de enfrentar la emergencia, y la capacidad de restablecimiento de las condiciones iniciales (resiliencia).
Siendo la vulnerabilidad extrínsecamente relacionada con la aplicación de las normativas de prevención del riesgo, con el uso de los suelos, la ubicación de las actividades sociales y económicas, particularmente en las áreas donde viven los más pobres, en la planificación del territorio y de los procesos de desarrollo, las autoridades públicas deben necesariamente incluir la reducción del riesgo. A su vez, reducir la vulnerabilidad comporta promover el desarrollo sostenible del territorio y mitigar la pobreza.
Por lo anterior, con el proyecto se propone adecuar las políticas públicas, los planes territoriales y las normativas vigentes en el Municipio de Viña del Mar, a partir de su Plan Regulador, incluyendo y tomando en consideración los factores de vulnerabilidad del territorio.
Finalmente, el cuarto resultado es el Incremento de la resiliencia de las comunidades de Población Vergara y de Forestal Alto ante los desastres naturales.
La resiliencia, es la habilidad de un sistema, comunidad o sociedad expuesta a riesgos, de resistir, absorber, adaptarse y recuperar frente a los efectos de un peligro de forma rápida y eficiente, también a través de la salvaguardia de las funciones y estructuras esenciales. Lo que se propone son acciones piloto replicables, de trabajo con la comunidad para incrementar sus capacidades de resiliencia. Para este fin, se identificaron dos áreas pilotos muy distintas entre ellas, caracterizadas con elevados grados de vulnerabilidad. La Población Vergara es un área plana con un desarrollo consolidado, elevada densidad habitacional y urbanización formal, su vulnerabilidad radica en las zonas de relleno (producto de sedimentos de arrastre del río Marga Marga), donde las ondas sísmicas se amplifican, agrega a esto el estar sometida a procesos de licuefacción, producto de las filtraciones naturales del estero. El Sector de Forestal se ubica en un entorno de fuertes pendientes particularmente sujeto a deslizamiento de las capas superficiales de suelo, aluviones, inundaciones e incendios forestales; sumad a que ahí se encuentran importantes tomas ilegales de tierra.
En las dos áreas se implementarán estrategias de fomento de la resiliencia muy distintas, y adecuadas al contexto, para promover un cambio en la cultura del riesgo y la prevención a nivel de comunidad.